

Nancy Rosario Velastegui Rodriguez
Nací el 10 de junio de 1968 en Penipe. Desde temprana edad demostré mucha tenacidad y fortaleza; la realidad de nuestros pueblos se ha visto vulnerada por la injusticia y carencia de recursos económicos, pero eso no me limitó para lograr mis sueños y sacar adelante a mi familia y apoyar de manera gratuita a la gente de mi sector.
Mi historia
Estudié en la escuela Julio Román del cantón Penipe. Los estudios secundarios los realicé en el Colegio Nacional Penipe, y los culminé en el Colegio Juan de Velasco de Riobamba, obteniendo el título de Bachiller en Comercio y Administración, con el objetivo de encontrar mayores oportunidades en la ciudad. Posteriormente estudié Secretariado Ejecutivo en el Colegio Isabel de Godín. Alcancé el título de Abogada en la Universidad Técnica Particular de Loja. Fui funcionaria judicial en la Corte Superior de Justicia Chimborazo por más de 25 años. Además, fui parte del Directorio del Colegio de Abogados de Chimborazo, así como del Frente de Mujeres Judiciales y de la Asociación de Funcionarios y Empleados Judiciales de la Provincia. Ejercí mi profesión de Abogada en la Empresa de Aviación TAME y en CNT; demostrando en cada una de mis actividades, honradez, responsabilidad y actuando conforme a los valores que me inculcaron mi madre, mi padre y mi hermana Demetria, con quien actualmente somos fundadoras del emprendimiento El Mirador Cafetería, en nuestra tierra natal.

Mi visión
Crear experiencias inolvidables a través de un menú elaborado con insumos orgánicos propios del sector y preparado por manos femeninas de la comunidad.
Mi emprendimiento
La propuesta del Mirador se sustenta en tres pilares:
tradición culinaria, inspirada en la cocina ancestral de las abuelitas que utilizaban piedras volcánicas para cocer tortillas de maíz;
innovación saludable, con postres ligeros endulzados con miel natural y/o estevia, opciones vegetarianas y platos diseñados para personas con diabetes o requerimientos especiales;
y responsabilidad ambiental, reflejada en la política de reducir plásticos de un solo uso, la incorporación progresiva de energía solar y promoción de cultura ambiental.
El corazón de la oferta gastronómica lo conforman su café de altura, las tortillas de maíz penipeñas, cuya masa se mezcla con queso fresco y se dora sobre piedra volcánica hasta lograr un crujiente dorado; sándwiches, tostadas y una selección de postres “light”. A esta carta se suman infusiones de hierbas aromáticas, batidos en leche de su elección, jugos y frutas deshidratadas. Todo se sirve en vajilla reutilizable, utensilios de barro y presentaciones que destacan la artesanía local.
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